En el marco de la XX Asamblea General Intermedia, la Mgtr. Idoia Salazar  compartió una conferencia magistral sobre la regulación y ética de la Inteligencia Artificial, lo que brindó la oportunidad a muchas Universidades de Latinoamérica y el Caribe de conocer diferentes enfoques sobre temas de interés para ellas.

La disertante destacó que puede identificarse un precedente de este fenómeno a partir de la incorporación de la televisión en las escuelas, cuando se temía que la educación pudiera verse afectada por los recursos audiovisuales. Algo similar ocurre con la IA generativa, que todavía representa una amenaza, al considerarse una sustitución del trabajo debido a su utilidad y gratuidad.

Desde siempre, y hasta ahora, la innovación tecnológica ha estado ligada a ciertos temores relacionados con el “duelo” o la “pérdida” de control sobre lo que tradicionalmente ha sido manejado por el hombre.

En este contexto, la integración de la IA en la enseñanza educativa busca ser percibida como una herramienta complementaria que llega para facilitar la realización de tareas, avanzar en la ejecución de procesos más complejos y perfeccionar las habilidades críticas en el abordaje de cuestiones teóricas. “Es un error prohibir Chat GPT. Resuelve que no perdamos tanto tiempo en cuestiones teóricas y que nos centremos en la crítica”, remarcó la Mgtr. Salazar. 

Sin embargo, se evidencia una considerable dificultad en la implementación de la Inteligencia Artificial en el ámbito educativo, pues implica que los profesionales, con años de experiencia, modifiquen completamente su enfoque pedagógico, lo que “provoca un rechazo” y cierta resistencia. No obstante, es fundamental comprender que la IA constituye una herramienta fundamental para llevar a cabo actividades de manera innovadora.

“Toda herramienta tecnológica tiene riesgos. Todo depende de la manera en que la uses. Puede ser utilizada para el bien o para el mal”, remarcó la Fundadora de OdiseIA y puso el foco principalmente en la confianza que le otorgan los usuarios. “Es una herramienta que puede fallar”, advirtió antes de hablar sobre los límites para centrar su uso en determinadas tareas. “La IA se entrena con datos. Si no entrenamos bien el sistema, puede provocar sesgos y discriminación”, aseguró.

La Mgtr. Idoia Salazar es Fundadora y Presidenta del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial. Este fue creado por la necesidad de poner en práctica la ética y el impacto social de la IA, con el objetivo de divulgar información, prevenir y adelantarse a los posibles riesgos. “Había mucha teoría en torno a esta ética de la inteligencia artificial, problemas con la autonomía de los sistemas o con la transparencia, pero había poca realidad”, resumió.

El observatorio estudia distintos riesgos relacionados, como el marketing encubierto, la discriminación, la manipulación política en época electoral y nuevos posibles retos éticos derivados del futuro de la inteligencia artificial, previendo la evolución de la propia tecnología de la misma. Por ello, se necesita investigación, pero también se requiere de acciones prácticas para resolver los problemas que conlleva.